Las islas de Vieques y Culebra forman parte de los 78 municipios del Estado Libre Asociado de Puerto Rico.  Son reconocidas mundialmente por sus bellísimas playas, pero también porque en ellas se estableció la Marina de los Estados Unidos para realizar prácticas de bombardeo y ejercicios militares, lo que dejó el terreno plagado de bombas el territorio, así como destruidos sus arrecifes.
 
En 1975 tras una intensa lucha del pueblo, la Marina se retira de la isla Culebra, aunque la estima de los habitantes quedó seriamente lastimada.
 

 
Pero en la isla de Vieques o "la isla nena", como le llamó el poeta Luis Llorens Torres, no sería hasta que un joven guardia muere por una bomba de la Marina en el año 1999, que el pueblo se alzó en una intensa lucha social para exigir la salida de la misma.  Finalmente en el año 2003 y a raíz de las manifestaciones, se llegó a un acuerdo para la salida de la Marina; sin embargo fue agridulce...casi el 70% de la isla quedó bajo el control del Servicio de Pesca y Vida Silvestre.  Los terrenos nunca fueron despojados de todas las minas y el daño a los arrecifes no fue reparado.  También ahí la estima de los habitantes fue irremediablemente lacerada.
 
A estas bellísimas islas municipio, llenas de gente noble y trabajadora, ningún gobierno las ha tratado justamente: ni el federal ni el central.  Han visto morir a los suyos por no tener un hospital y el CDT que tienen, no cuenta con todos los servicios médicos.  Están a merced de que "la isla grande" (Puerto Rico), envíe un helicóptero y cuando finalmente llega ya es muy tarde.  Además de esto, la transportación ha sido uno de sus más grandes problemas pues dependen del Sistema de Transporte Marítimo, cuya administración ha cambiado constantemente por el mal servicio y poco mantenimiento de las lanchas y el ferry.  Dependen de la isla de Puerto Rico para obtener mejores estudios, servicios médicos, trámites gubernamentales y un largo etcétera; además el costo que les representa moverse a la capital (transporte, comidas y si no terminan ese día, hotel), muchos no lo pueden costear y menos desde el paso del huracán María.
 
Los que no trabajan en Puerto Rico, viven del turismo.  Pero desde el huracán María en el 2017 y los terremotos y pandemia del 2020, su fuente de ingreso es mínima o no existe.  La necesidad es muy grande y sus líderes comunitarios, eclesiásticos y la diáspora mueven cielo, mar y tierra para ayudar a aliviar tanta carencia... y así fue como llegaron los compañeros Ogla Silva y Ricardo Bouyett al e-Club de Puerto Rico y Las Américas.
 

 
 
 
 
 
Esta es la primera parte de dos escritos dedicados a narrar la odisea que representó llevar alimentos a Vieques.