La idea inicial de Arch Klumph de instituir un fondo de dotación dedicado a “hacer el bien en el mundo” fue la semilla plantada en 1917 que posteriormente dio origen a La Fundación Rotaria. Gracias a su visión e indeclinable apoyo, así como a la extraordinaria generosidad de los socios de Rotary, dicho fondo se transformó en una de las principales fundaciones humanitarias del mundo.